“El Ama” o la importancia de la mujer rural

Hora es ya que desde esta página dediquemos unos minutos a la mujer rural, como ahora se dice, o a las mujeres de las aldeas que se ha dicho siempre.
La importancia de la mujer en el mundo rural es notoria y esencial desde siempre. Y de alguna manera, en su entorno más cercano, así era reconocido. Me llamó la atención recién llegado a estas tierras la denominación “El ama”. Así se nombraba y se sigue nombrando en muchos lugares a la mujer cabeza de familia y responsable de la misma en múltiples facetas y haceres. Quizás de todos, piense incluso alguno de ustedes. El ama.
-Eso es cosa del ama, respondía el paisano a la hora de tomar alguna decisión que al devenir del hogar o de las fincas correspondiese. Incluso, en muchos casos, hasta le fijaba a aquel el precio mínimo de la res que llevaba a la feria. Y en su “picardía femenina” hacían crear el home que era él quién mandaba o decidía, y no era así salvo en muy contados y especiales casos. Y ellas eran, y siguen siendo, la esencia y el sostén de las haciendas rurales, de los hogares de pueblos y aldeas
Y aunque así era, y fuera de ese especial entorno, la labor de la mujer ganadera y agricultora nunca ha sido reconocidas. Ahora comienzan a sintetizarse en la realidad del día a día aquellos primeros movimientos de las mujeres reclamando su importancia y sitio en el campo. Incluso muchas de las pequeñas ganadería aparecen ya a su nombre, como copropietarias o individualmente.

En el pasado septiembre, en Tineo, se celebró una jornada de emprendedoras en el medio rural, a la que asistieron más de medio centenar de mujeres de diferentes puntos de este suroccidente asturiano. Una afluencia importante teniendo en cuenta “las dificultades para la conciliación y el volumen de trabajo que las mujeres tienen en las explotaciones familiares”.
“Donde hay una mujer titular de una explotación, la familia se localiza”
Y aquí vinieron coincidir en lo anteriormente expuesto por cuanto que organizadoras y asistentes dejaron bien sentado que las mujeres de los pueblos hacen de todo y, pese a ello, “el trabajo de las mismas en el medio rural está muy poco valorado”. Y allí, la directora general de Ganadería y Sanidad Animal, Rocío Huerta, precisó que “donde hay una mujer titular de una explotación, la familia se localiza. Es la realidad. Hay que apostar por ello y poner dinero para que las mujeres, si quieren, se queden en los pueblos”.
Y fíjense en su conclusión no sea que tras tantos comités, antenas, grupos de trabajo y análisis, simposios, jornadas, estudios, tesis y parafernalias varias la solución a la actual situación la teníamos en casa.
Dijo: “La necesidad de ayudas sociales para criar a los hijos para que las mujeres se sientan seguras y puedan vivir tranquilas en los pueblos, es esencial y necesaria Las ganaderas pueden ser una opción para combatir la despoblación de esta comarca”.
Pues aquí paz y después gloria. Firmo y rubrico las declaraciones y peticiones de Rocía Huerta y reivindico la importancia de las mujeres que viven y trabajan en los pueblos de esta o cualquier otra zona.