CANGAS DEL NARCEA. Llamas del Mouro: una alfarería del presente abierta al pasado

Verónica en su torno de Llamas ( Reprodución)

Hasta el 15 de este mes de enero, en Llamas del Mouro, en Cangas del Narcea, se pueden ver piezas únicas de cerámica negra de los siglos XVII, XVIII y XIX, adquiridas durante años y conservadas por la familia Rodríguez, la única de la localidad que mantiene la tradición alfarera. En su tienda taller  podrá el visitante descubrir cómo era la cerámica que creaban y utilizaban nuestros antepasados.

Verónica Rodríguez es la encarga de mantener viva la tradición y la única alfarera en Asturias que continúa creando sus piezas en un torno como hicieron sus antecesores. Su abuelo, Jesús Rodríguez Garrido se empeñó en que la cerámica negra no desapareciese y de este modo, de los nueve alfares que se sabe que llegó a tener Llamas del Mouro, solo el de su familia logró llegar activo hasta nuestros días. “Sabemos que ya el abuelo de mi abuelo era alfarero, pero no sabemos si venía de generaciones anteriores”, explica Verónica Rodríguez, que tuvo claro desde siempre que su futuro pasaría por mantener viva la tradición familiar.

Y fue su abuelo, explica, el que comenzó a recopilar piezas de cerámica negra antiguas, algo que continuaron haciendo sus hijos Manuel y Marcelino Rodríguez, creando así una gran colección que ahora Verónica Rodríguez cree que es el momento de sacarla a la luz y darla a conocer. Lo hizo coincidiendo con la realización de un taller infantil para un grupo de 15 niños de Cangas del Narcea el pasado sábado 30 de diciembre y su idea es poder exponerlas también en Oviedo.

Entre las piezas de la muestra hay cántaros o xarros para el agua, que es uno de los modelos más típicos; también se pueden ver queseras, una feridera -recipiente para hacer mantequilla-, botijos, escudiellas y tarreñas -olla en la que se metía el embutido para su conservación-, piezas que en el taller se siguen haciendo actualmente. Verónica Rodríguez reconoce que es importante contar con estos testimonios para poder “fijarse en las formas que tenían y poder mantenerse fieles a como lo hacían nuestros antepasados, porque para nosotros es muy importante conservar la tradición”.

Aunque ahora, la mayor parte de las piezas que realiza son para decoración, aún hay algunas personas que siguen buscando queseras o botijos para su uso, también platos, bandejas o juegos de café y de té.

En su reto de conseguir mantener la herencia alfarera, Verónica Rodríguez también se ha hecho cargo de mantener el oficio en Faro (Oviedo), cuya cerámica le ha dado en diciembre una gran alegría, puesto que su obra “Renacer” fue la ganadora del concurso Pieza Única. Además, en noviembre recogió el galardón “Panoya de Oro” del Festival del Esfoyón y Amagosto de Navelgas, entregado a la tradición de la Cerámica Negra de Llamas del Mouro. 

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R. Mera