CANGAS DEL NARCEA.- Merecido y cariñoso homenaje a Cristina Casielles

El pasado viernes la Coral Polifónica de Cangas del Narcea rendía un cariñoso y merecido homenaje a Cristina Casielles Suarez, directora de la misma durante muchos años. Emotivo concierto de la Coral y la Banda en la Basílica y cena y homenaje en Corias.

El concierto

Esta fue la glosa que leí en el acto:

“Música es el arte de bien combinar los sonidos y el tiempo. Así rezaba y sigue rezando el viejo y entrañable método de solfeo de Hilarión Eslava del que los de mi generación, y algunas otras, guardamos un cariñoso recuerdo, incluso recordamos aún de memoria muchas de sus lecciones.

Cristina Casielles, familiares, presidente de la Coral, autoridades, amigos de la música y del canto, buenas tardes a todos y bienvenidos

Antes de iniciar la glosa a la homenajeada permítanme ustedes un apunte personal. En lo que a música se refiere guardo aún con nostalgia y especial cariño el recuerdo infantil de las manos de mi padre recorriendo las gastadas teclas de marfil del gran órgano de la iglesia de mi pueblo, allá en las estribaciones de las Villuercas cacereñas. Y cuando llegan especiales festividades aún oigo su sonar  llenando por completo las inmensas naves del templo.

Y precisamente por ello estoy seguro y convencido de que Cistina, nuestra homenajeada de hoy, Cristina Casielles, guarda también en su memoria y en su sentir afectivo y vivencial el recuerdo activo de las manos de su padre soltando o apretando los émbolos de aquella trompeta que habría de recorrer Asturias y España, incluso, y nada menos que, entre otras memorables,  con la orquesta de Xavier Cugat. ¡Añoradas orquesta aquellas!

O quizás , en otras ocasiones, ese sentir sea el del dulce trinar de las cuerdas del violín el que le llegue desde la habitación de su padre mientras intenta concentrase en sus lecciones; o quizás, como a mí me sigue sucediendo, siga viendo también las manos de su padre deslizarse por la teclas del piano arrancando acordes o haciendo saltar del pentagrama algún tresillo o sextillo, revolvines ellos, que se perdían en el aire de Gijón, Infiesto o Avilés y, de alguna incomprensible manera, saltando montes y valles, llegaban tiempo después hasta Cangas del Narcea donde se moderan y asientan.

Y así le sucedió también a ella, a Cristina. Nacida en Gijón en 1.961, comenzó su carrera musical a los seis años en un coro infantil dirigido por su padre, Gonzalo Casielles. Cursó estudios de solfeo, canto y piano en los conservatorios de Avilés y Oviedo. Formó parte durante muchos años de la Coral Polifónica de Avilés y del Coro de Cámara  de dicha agrupación con el que grabó dos discos. Realizó cursos de dirección coral con Maite Oca, Luis Vila o Electo Silva, y cursos de técnicas de prevención y reeducación de patologías de la voz en la Universidad de Verano SEK hasta terminar en la Coral Polifónica de Cangas del Narcea tras pasar por el Centro de Día de esta misma villa.

En Corias

Al contrario de lo que a mí me sucedió que me quedé en el conocimiento superficial del mundo de la música y el canto, aunque tremendamente enganchado a sus emociones, Cristina aprehendió el legado y entusiasmo de su padre y, tiempo después,  se propuso hacer de Cangas un inmenso coro, un inmenso sentir musical que supusiese el pegamento social de un unánime sentir, hacer y vivir con y por la música. Aquel coro inicial era una gran familia en el que se integraban familias completas de cangueses aseguraban sus primeros directores. Y así siguió siendo con Cristina.

Más ¿cómo llega Cristina a la dirección de esta Coral?

 Les cuento, o quizás a muchos de ustedes tan solo les activo recuerdos: Debíamos de andar por el cambio de década, del 89 al 90, cuando Gonzalo Casielles, padre de Cristina, llega a Cangas para recuperar la Banda de Música encontrándose con que la Coral estaba también parada por falta de director. Cristina, su hija, se encontraba ya viviendo en Cangas donde estaba destinado como médico su marido.

El recién llegado, Gonzalo, se ofrece para atender las dos agrupaciones, banda y coral; pero el trabajo es mucho y poco el tiempo ya que tan solo dispone de los fines de semana para dedicarse a ello dadas sus otras obligaciones fuera del concejo. Pide entonces a Cristina que le ayude ensayando por semana las voces. Enseguida Gonzalo se da cuenta de su capacidad y deja el coro en sus manos.

El 31 de diciembre de 1.989, tanto la Coral como la Banda inician una nueva etapa y Cristina se hace cargo de la Coral como directora. Así contaba ella misma ese  momento:

Ceistina

“Encontrarme el día anterior de la actuación los carteles que anunciaban el concierto con mi nombre como directora; fue una autentica sorpresa y no puedo decir que agradable ya que era algo que no me había planteado y que nunca había hecho, pero no pude decir que no y el día de fin de año dirigí el coro por primera vez. Recuerdo el especial apoyo de los miembros de la Coral y de la Asociación de Amigos de la Música, especialmente Cándido, de quien guardo muy buenos recuerdos. Eso me dio fuerzas y a partir de ese momento asumí con ilusión la dirección de la Coral”. Han pasado 34 años

Y la Coral crece, y se consolida, e inicia giras y actuaciones. Son buenos años, pero el viento gira y vienen otros de problemas, de desánimos, de falta de voces… El vaivén de la vida en sus descontroladas idas y venidas, haceres y deshaceres de las gentes y los tiempos se refleja en el coro y sus gentes.

Cristina y su coro se sobreponen, y trabajan y trabajan… Y reciben el inestimable apoyo de la Asociación de Amigos de la Música. Y se suceden los nombres propios que empujan y apoyan entre  esas montañas que se elevan alrededor  y a las que Gonzalo pone música y armonía y su hija graba a fuego en el hacer y sentir de la Coral. Y esa esencia aún perdura al igual que las montañas.

Con todos ellos, con los que fueron y los que están, vamos a efectuar una pequeña evocación de algunos momentos de la Coral en sus muchas actuaciones en Asturias o lejos de ella como el Teatro Real de Madrid, el Teatro Palacio Valdés de Avilés, las colegiatas de Teverga y Pravia, la Casa de cultura de Avilés, amén de diversas iglesias y auditorios de muchos otros lugares, e incluso actuaciones al aire libre como en la Finca Asturias, del Centro Asturiano de Madrid, el Festival de la Canción Marinera o el del puerto pesquero de Lastres.

En 1.981 acudió al Teatro Real  en el centenario del Centro Asturiano de Madrid con gran éxito de público; tanto fue así que hubo que habilitar espacio para el mismo incluso en el mismo escenario. Especial repercusión tuvo la pieza Añada, dirigida por Santi Novoa, en la que intervino como solista Elenita “La parronda

El 6 de diciembre de 1.991 se grabó en una repleta iglesia de Cangas por el Centro Territorial de Televisión Española, un programa navideño junto a otros coros. Fue algo emotivo y que tuvo una muy amplia difusión.

Y allí estuvo también la Coral, en aquel acto tan especial en la villa que fue la declaración de la Colegiata como Basílica Menor el 18 de noviembre de 1992 refrendando así su compromiso con la parroquia como demostró y sigue demostrando con sus intervenciones en el Corpus Cristi, o la misa mayor del día del Carmen, o aquella otras especiales ocasiones en las que para ello es demandada, como el día de Santa Bárbara. Como quiera que uno de los requisitos exigidos en el nombramiento de la basílica fuera la obligación de celebrar una misa en latín dos veces al año, la Coral ofreció una especial misa en latín que aún hoy en día conserva en su repertorio.

En 1.995 acude a San Andrés de Rabanedo al Primer Concurso de Canto Coral. Se perdieron, dieron vueltas y más vueltas y a punto estuvieron de llegar tarde. Su canción Zarzarrosa, con Mili como solista,fue elegida para ser incluida en un CD que se grabó al respecto.

En mayo del 2001 se suben al escenario del Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo. En este mismo año llevan a cabo uno de sus proyecto más deseados: la grabación del disco “Música para la Navidad”, compuesto por 16 villancicos de diversas épocas y procedencias. Fue en Avilés y bajo la dirección técnica de Gonzalo Casielles. La Coral contaba entonces con nada menos que 50 voces. Participó dos veces en el certamen de Habaneras de Avilés codeándose con lo más granado de los coros nacionales e incluso extranjeros. Quizás es este el momento de mayor esplendor de la Coral. Acuden también al “XVII Encuentro de Habaneras Ciudad de la Coruña”. Ya en el 2002 se acercan a Puebla de Sanabria donde estrenan traje para las voces graves con el especial apoyo, entre otros, de la Asociación Amigos de la Música”… y más…y más… y más. ¡Ahh! Y puso música al Himno de la Cofradía del Vino de Cangas con letra de Javer Sánchez y armonización de Gonzalo Casielles.

Y en su hacer y gozar, en su reír y sufrir, aquellos hombres y mujeres, aquellas mujeres y hombres, consolidan cuerdas y voces. Y desde entonces su hacer se expande por los montes y valles, del concejo primero, para después, rompiendo dificultades y distancias a base de trabajo e ilusión, saltar sobre esas cien montañas a las que glosan en su repertorio para abrir caminos y reconocimientos más allá de ellas.

 Son implacables los tiempos y su pasar, pero la esencia de la amistad vivida, de la convivencia, de los buenos ratos y el buen hacer, actúan siempre como bálsamo efectivo en los recuerdos, de las ausencias, para integrarlos en un hoy activo en el que los que no están sí están y los que están forman un todo con aquellos en un lazo de nostalgias idas que configuran un presente de grata ilusión, un momento, este en el que nos hallamos, en el que el ayer es el hoy y el hoy el ayer, todo ello subsumido en una amalgama de notas, músicas, ritmos, cuerdas, nostalgias, sentimientos, sentires, y abrazos que dimos y que queremos seguir dando. Y… ¿sabéis una cosa? Todos los que aquí estamos sabemos hacer eso colocándolo todo en el pentagrama de la vida para que desde él salga acompasado y vivo tal cual, hasta ahora, ha venido consiguiendo Cristina.

Años, meses, horas y momentos, han sido los vividos tanto por Cristina como por quienes junto a ella han vivido y aún viven esta aventura de música, cariño y vecindad. Algunos de los que comenzasteis con ella estáis aquí hoy; otros, atados por la tiranía de los achaques y los años, solo lo están espiritualmente, y algunos otros se han ido quedando en el camino por la propia esencia de la vía.

Así pues, aquí y ahora, en estos momentos de nostalgias, gratos recuerdos y buenos deseos, unámonos todos en ello para desear a Cristina Casielles, a nuestra Cristina y a toda su familia, con enorme gratitud, todo lo mejor. Y lo cumplimos en la seguridad de que este sentir que hoy les hacemos llegar lo guardarán con cariño y gratitud pues ellos saben que es sincero y sentido. Ellos saben que la gratitud y el reconocimiento forman parte de la esencia canguesa y así, aquí y ahora, ha quedado y está quedando demostrado.

Cristina: gracias, gracias, gracias. Y pon tú ahora los acordes que mejor consideres a este sentido aplauso de reconocimiento a tu persona y a un trabajo bien hecho. Siempre recordaremos tus brazos trazando arabescos musicales bajo el cielo de Cangas y llevando este nombre por todas partes.

Que mi beso de despedida sea el de todos los cangueses.

Muchas gracias

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R. Mera