REFLEXIONEMOS.

 

 

 

 

Pero no lo hagamos sobre izquierdas o derechas cuyas líneas conceptuales, tanto políticas como filosóficas, apenas pueden ya definirse. Ha ya tiempo quedaron ancladas en la primera mitad del pasado siglo y tan solo se mantienen colgadas de nostálgicos argumentos de lo que pudo ser y no fue.
El domingo decidimos sobre quiénes han de resolver las cuestiones más cercanas a nuestro vivir de cada día, a las cosas más prácticas, a la gestión de aquellas pequeñas. (a veces grandes) cosas que condicionan o facilitan nuestro diario quehacer.
A lo largo de estos días he oído a prácticamente todos los candidatos hablar de grandes proyectos, de grandes obras; de llevar la autovía hasta Ponferrada, de crear un complejo hostelero-deportivo en Leitariegos, de construir un gran matadero con líneas de transformación y comercialización, de residencias de todo tipo para jóvenes y mayores, de grandes paseos, sendas, piscinas y complejos urbanos modernos y singulares, de conservar patrimonios, hórreos, paneras y construcciones singulares, de crear empleo ( yo creía que eso era cosa de los empresarios) de que la gente se quede en los pueblos ( aunque se modere con aquello de fijar población) y de tantas otras grandes ideas.
Todos, y seguro que usted también, amigo lector, sabemos lo que hay que hacer. Pero absolutamente a ningún candidato he oído decir CÓMO va a lograr el plasmar sus grandes ideas en realidades. De DÓNDE van a salir los dineros para ello. Y aún más cómo van ha hacer para pagar la gran deuda que arrastra el ayuntamiento, para racionalizar una hinchada plantilla, en muchos casos sin funciones claras y determinadas, o seguir aportando cuartos a tantos organismos paralelos, solapados, arrimados o subvencionados, a los que cada mes también ha de hacer ingresos para que continúen haciendo estudios de los estudios, informes de los informes, o asesoramientos a los asesores de las asesorías de unos u otros organismos, asociaciones, agrupaciones, grupos o grupúsculos.
Ítem más: En caso de que lograran poner en macha algunas de estas grandes promesas. ¿Tienen estudiada y negociada la fórmula de financiación del mantenimiento de las mismas. ¿De dónde saldrán de nuevo los dineros? Si los proyectos los llevan en sus programas electorales municipales, ¿van a pretender que se los mantengan organismos regionales o estatales?
En definitiva: reflexionemos. Pero hagámoslo desde la diaria realidad económica del momento. Y es eso precisamente, un programa económico, lo que no he visto en ningún programa político.
Y un guiño al pasado: ¿Saben ustedes que llevaban en su programa electoral para Cangas del Narcea en 1.979, UCI, UCD, PC y PSOE?

Sí señor. EL MATADERO

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R. Mera

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