SUROCCIDENTE.- Nuevo programa para alejar a los osos de los pueblos

Seis concejos asturianos (Somiedo, Belmonte de Miranda, Proaza, Cangas del Narcea, Degaña e Ibias) participarán, junto a varios municipios leoneses, en un proyecto financiado por la Unión Europea (UE) con 4,2 millones de euros para alejar los osos de los pueblos. El programa, liderado por la Fundación Oso Pardo (FOP), actuará en tres frentes: la prevención, la gestión de conflictos y la educación ambiental. Para ello, se crearán equipos locales que se encargarán de limpiar montes, desbrozar caminos, plantar árboles frutales alejados de la población e instalar contenedores «antiosos». De forma paralela, un grupo de especialistas de la FOP blindará las explotaciones ganaderas con pastores solares y mallas metálicas, y ensayará un nuevo sistema, basado en sonidos y luz, para ahuyentar a los plantígrados. También está prevista la captura y el radioseguimiento, con collares GPS, de diez ejemplares habituados a los humanos.

Un nuevo sistema, basado en sonidos y luz, tratará de ahuyentar a los plantígrados de los lugares habitados

El Principado, junto con la Universidad de Oviedo, la Fundación Oso Pardo y la Fundación Oso Asturias, retomó el radiomarcaje en 2021, veintitrés años después de la polémica muerte del macho «Cuervo» en Somiedo. Desde entonces, se han geolocalizado seis plantígrados (dos por año). Se les atrae con comida hasta una caja trampa y allí los veterinarios los sedan para ponerle un collar que emite una señal con su ubicación GPS y que avisa cuando se aproximan a un pueblo. «El nuevo proyecto viene a reforzar el programa que ya está en marcha», comenta Guillermo Palomero, presidente de la FOP. En realidad, lo refuerza y lo complementa con más medidas.

Palomero califica el plan que se pondrá ahora en marcha de «innovador», porque por primera vez el territorio cooperará para lograr una convivencia de osos y humanos ante el aumento de la población de la especie, que, aunque sigue en peligro de extinción, ya alcanza los 370 ejemplares en la Cordillera Cantábrica. «Los concejos con mayor presencia de osos trabajarán de forma coordinada para mantener los ejemplares en los montes, un reto clave para asegurar el futuro de la especie», resalta Palomero. En verdad, ésta era una larga demanda de los ayuntamientos, según expresa el alcalde de Cangas del Narcea, José Luis Fontaniella. «La Fundación Oso Pardo recogió nuestras demandas y consiguió financiación europea para poner en marcha un proyecto. Ahora nos toca trabajar para conseguir el objetivo, que es compartir en vez de enfrentar a osos y a humanos», destaca Fontaniella.

«Hay que saber convivir y evitar el conflicto entre osos y humanos”

Belarmino Fernández, alcalde de Somiedo, también aplaude la iniciativa: «Hay que saber convivir y evitar el conflicto, y para ello se necesitan programas de este tipo. Además, son medidas que favorecen la actividad ganadera y previenen incendios al incluir limpiezas. Hoy en día los montes comen los pueblos».

En el proyecto «Life Coexistencia entre Humanos y Osos» participan, junto a los concejos asturianos, los ayuntamientos leoneses de Villablino, Palacios del Sil y Páramo del Sil. El plan, que cuenta con el apoyo del Gobierno del Principado y la Junta de Castilla y León, tendrá una duración de 4 años y medio (hasta diciembre de 2027) y una financiación total de 4,2 millones de euros. Las acciones, que llegarán a más de 120 pueblos, incluyen la creación de «perímetros de seguridad» en los municipios oseros mediante la limpieza de vegetación y el desbroce de un centenar de caminos. De ello se encargarán tres equipos –dos en Asturias– integrados por desempleados de la zona, que también se ocuparán de plantar 50.000 árboles frutales autóctonos, repartidos en 250 bosquetes alejados de la población. Con ello se busca crear una gran despensa en los montes que evite que los animales se acerquen a las casas.

Por otro lado, un equipo de especialistas de la Fundación Oso Pardo colocará 200 pastores solares y mallas metálicas para proteger animales domésticos, gallineros y árboles frutales. «También probaremos unos sensores de actividad que se están aplicando en otros países y que emiten ruidos y luces que asustan a los ejemplares», explica Guillermo Palomero. Por último, se instalarán 45 contenedores antiosos, se impartirán más de 160 charlas y encuentros con habitantes, y se lanzará una campaña de educación ambiental que alcanzará a 2.300 escolares.

Para el Principado, el plan liderado por la Fundación Oso Pardo es «un claro ejemplo de colaboración entre administraciones públicas y entidades privadas», como destaca Marcos Da Rocha, director general de Planificación Agraria. «Con este proyecto se avanza en la recuperación y conservación de la especie. Se implementan medidas innovadoras que van a contribuir a favorecer la coexistencia del oso con las actividades humanas y la actividad económica en el medio rural y, además, genera empleo en el territorio», remata Da Rocha.

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R. Mera